lunes, 12 de diciembre de 2022

Bici cuenta ya pasa de Bici sesenta y...

 Qué vértigo! Cómo pasa el tiempo. Hoy me ha dado por releer algunas de estas ya viejas entradas y... No entiendo cómo puede dejar de escribir en la este diario para todos y para nadie.


Otros intereses supongo porque otra afición no ha habido ni hay... Aunque es verdad que por edad, por friolero a veces y por otras causas pseudo familiares, pues que como la cosa amaina en intensidad y porqué no también en interés.

Pero, venga, hagámonos propósito de enmienda y volvamos al redil... Se conseguirá?

Qui lo sa! De momento valga decir que la Brompton, última entrada en este blog,.me ha dado muchas alegrías. Aunque aún no nos hayamos estrenado en viaje rutero alguno... Pero, que no se descarte la cosa... Le doy alguna vuelta más de almohada al asunto.



jueves, 22 de junio de 2017

Cuánto hará... y hoy con una Brompton


Eso, cuánto tiempo hará que no le dedico unos instantes a este blog? Pues la cosa ya irá para un par o tres de años. Uf, mogollón e incluso demasiado.

Aprovecho hoy que un colega me ha alabado el blog para echarle una miradita y por supuesto apuntalarlo con alguna novedad muy novedosa.

Y sí, tal y como se ve en la foto he agrandado la familia bicicleteril con una nueva compañera... Una bicicleta plegable Brompton. Anda que no me costó de tomar la decisión. Que ¿porqué?... pues, sencillamente, porque no es nada barata y algunas limitaciones tiene.

Pero... que cara ni qué limitaciones!!! La chiquilla es una maravilla. Aparenta ser un juguete pero, todo lo contrario, menudo maquinón!


Paseos sosegados
Compañera en el trabajo

En el trabajo, aguardando
Para domingos de sol y playa

 



martes, 27 de mayo de 2014

Citricona 2014

http://www.citricona.org/

Estos días anduve en algunas de las actividades organizadas para la Citricona 2014 una actividad alrededor del mundo de la bici que se celebra a nivel mundial y cada vez en un sitio.

Este año tocaba aquí en Valencia, supongo que de ahí lo de Citricona a la Masa Crítica Interplanetaria en Valencia, al menos el sábado se juntó una buena cantidad de gente con sus bicis pero no así de medios de comunicación, prácticamente nadie o los mínimos posibles. De hecho, poca repercusión ha tenido en los medios.

Debo reconocer que a pesar de no haber estado balizado el recorrido del sábado por las avenidas y calles de Valencia, el transcurrir fue sin demasiados problemas, en general los conductores de coches, taxis y autobuses se comportaron muy adecuadamente y la Policía Local al menos, ya que no intervino en nada, tampoco nos impidió el paso.

Leyendo las crónicas de las actividades y escuchando a unos y a otros ha merecido la pena, pero vi, tanto el sábado como el domingo mucha gente en bici que debía de haber participado. Da la sensación de que no iba con ellos y se equivocan de todas todas. Esto va con todos. Colectivos como estos son los que consiguen alternativas al tráfico, carriles bici y espacios por donde moverse, tanto para ir al trabajo como para hacer deporte, dar una vuelta dominguera o marcarse un viaje de los de no olvidar en la vida.

Ir en bici es especial... eso lo sabemos todos los que vamos en bici. Pero convertirlo en un gesto cotidiano sí es cosa de todos y hacerlo más seguro también.

Espero que a las Masas Críticas de los primeros viernes de mes, que sale desde la plaza de la Virgen de los Desamparados a eso de las ocho de la tarde, el personal se acostumbre a ir. Los gobernantes deben notar de verdad que algo está cambiando, que hay gente que quiere ver las cosas diferentes, con más calma, con mayor limpieza, sin tanto consumo bobo.

Y de paso... que no sólo nos vean los gobernantes... mejor también si lo hacen los medios de comunicación de manera que no se entienda la bici como una anécdota graciosa y medioambiental, sino un hecho normal y sencillo como la vida misma.

lunes, 26 de mayo de 2014

Mi primera ruta cicloturista: La Via Verde Ojos Negros

He tenido una experiencia personal grata, muy grata y que ya he ido compartiendo con mis amigos del foro de Rodadas.net. Estaba como es normal (vía mensaje) bastante fraccionada la crónica de este asunto, mi primera experiencia cicloturística (La Vía Verde Ojos Negros). Le he dado un poco más a la tecla y estirado el tiempo y la he recopilado (más o menos) toda junta.

Está en formato pdf, para que el que quiera y tenga ganas se la pueda bajar (o imprimir incluso), para leerla con la calma que yo me he tomado en escribirla.


A los que me habéis seguido, ayudado y soportado... muchas gracias por todo, con el deseo de que no sea la última (que no lo será).

Vuelta a la Albufera de Valencia


Este sábado pasado tuve una nueva y grata experiencia cicloturista. Apenas 76 kilómetros en una mañana, entre campos inundados a la espera de la semilla del arroz, pinos y arena en la Dehesa de El Saler, alumerzo en El Palmar y sobre todo la sensación grata de estar en buena compañía.

Además aprendí a subir cuestas sin desfallecer, aprendí a ir más poco a poco cuando es necesario y recordé lejanos años de pedaleo solitario que creía olvidados.

Reconocí aquel vientecillo tan viejo como los años pasados, advertí de nuevo los olores que pensaba formaban parte del sueño literaturizado. Fué un ir y venir... tan sólo eso, un ir y venir, que quizás no sea tan difícil de entender... un ir... un venir... y ya estar en casa... de nuevo.

En alguna parte debo tener el texto en pdf que redacté de aquel día... prometo buscarlo.

Rodando por Francia 1ª etapa


16 de julio de 2011
Irún – Capbretón 74,93 km.

11:00 -Descanso un rato tomando una Coca-Cola en un chiringuito a la entrada de Biarritz por la playa, con la lata en la mano me pongo a la sombra de un retorcido arbolillo. Abajo en la playa suena una voz por altavoz, parece una competición de surf a juzgar por la cantidad de gente que se acerca a la playa provista de tablas de todos los tamaños y colores.

La rodada no está resultando tan facilona como pensaba. Un continuo sube y baja por una carretera de costa atestada de coches en esta mañana de sábado de julio. Pero reconozco que la suave y tamizada sombra de este arbolito y la brisa marina en este banco de listones de madera pintados de verde me ha reconfortado bastante.

12:35 Desde que salí de Biarritz la cosa ha mejorado, mucho más llano y bastante carril bici paralelo a la carretera. Seguramente si hubiera tenido el mapita de las pistas ciclables de Aquitania que conseguí después, hubiera podido ahorrarme algo más de carretera.

Acabo de llegar a Bayonne está lleno de turistas. Me gusta esta ciudad, su catedral y claustro que me limito a mirar por desde fuera a través de una puerta cerrada con una cancela de gruesos barrotes metálicos. Me siento en unos escalones de piedra en un lateral de la catedral. El tiempo está bastante nublado ahora, pero alrededor de la catedral hay muchos tenderetes de artistas exponiendo su obra para vender, alguno haciendo retratos en vivo. En general están supertranquilos, por lo que intuyo que no lloverá, al menos de forma inminente, aunque yo no apostaría por ello.

El bus que circula por aquí es enano, de color naranja y eléctrico, pasa bastantes veces por delante de mí y casi siempre va con pocos viajeros.

La gente le hace fotos a mi bici, algún guasón pregunta si es eléctrica, esto mismo me lo preguntarán bastantes veces a lo largo del viaje. Supongo que se asombran de verla tan pequeña y a la vez tan cargada.

14:30 Llego a Capbretón, lo primero que hago es tomarme un café con leche y una barrita en el Café de la Gare, supercolorido, algo extraño y aparentemente superbarato lugar para comer que atienden dos mujeres muy atentas. El café con leche 1,50 y debo responder una vez más que no es una bici eléctrica, que es una plegable y que venimos los dos al chino chano desde Irún, se asombra la camarera de mi respuesta y la verdad, yo también me asombro y eso mismo me hace sentir un poco héroe.
Pregunto por alojamiento, la señora no lo tiene muy claro. Fumo un poco, aclaro las ideas, igual sigo un poco más adelante que aún es bastante temprano. Decido finalmente que para hoy ya está bien, que me quedo en este sitio.
Me cuesta Dios y ayuda encontrar alojamiento, pregunto, persigo las indicaciones de la Oficina de Turismo, cuando la encuentro estaba cerrada todavía. Una vez abren pregunto, hoteles ocupados, solo libres algunos de precios desorbitados, pregunto por camping, me señala tres, pero con bastante mala traza porque me cuesta mucho de encontrar al menos uno, pregunto varias veces hasta que el final un amable francés me dice que está ahí mismo y además era verdad, justo a la vuelta de la esquina estaba el camping.
Definitivamente me alojo en el camping municipal La Civelle, 21 euros con 20 céntimos. Muy amable la gente del camping, tienen mucha paciencia conmigo. Monto la tienda en una amplia parcela para mí solo, pero a pesar de la amplitud, monto la tienda junto al seto, por aquello de apoyar sobre él la bici y no sentirme solo en medio de tanto espacio. Me ducho, hago colada y a tomar una cañita de 2 euros con 20 céntimos, pero me la tomo muy a gusto. En este camping tienen un área de servicios bastante cutre pero eficaz que es lo que cuenta. No tienen wifi ni Internet ni nada, pongo una nota en el hilo de Rodadas con el móvil, especialmente para que los colegas sepan dónde estoy y que estoy bien.
Dado que estuve toda la noche sin dormir viniendo en el bus y todo seguido ponerme a rodar hasta aquí, me vendrán de perlas estos horarios tan desbaratados de los europeos estos. Cenaré pronto, pero que muy pronto y me acostaré en seguida, de paso procuraré madrugar mucho mañana, que muy a mi pesar soy de poco madrugar, sé que así el día cunde más. Voy ya al mini centro comercial del camping a cenar un poquito (mal y a precio de alta cocina, a juzgar por lo que he visto en la pizarra). En cualquier caso, seguro que todo habrá valido más de lo que cuesta, espero seguir pensado así hasta el final del viaje.

En otra cosa que tampoco he acertado ha sido e la elección de los tracks de esta zona de Aquitania. La persona de quien me lo descargué del Wikiloc, hizo más carretera que camino y pistas ciclables. La dichosa carretera costera, en este sábado central de julio era un hervidero de coches, eso sí, todos muy respetuosos, no he tenido ni el menor sobresalto.
El camping está repleto, como casi todos los que me encontraré en el viaje, muchos campistas habituales pero también muchos jóvenes en pandillas. Un numeroso grupo de ellos están en algún tipo de festival de surf, hay muchas tablas alrededor del campamento que tienen perfectamente organizado. Pensé mientras cenaban que con tanta algarabía igual la noche resultaba algo movidita, pero no fue así, en realidad hubo bastante tranquilidad a pesar de que la gente no se acostó tan temprano como yo preveía.
Dentro de la tienda ya noto repiquetear las primeras gotas del viaje, al principio es un sonido tenue y lento, poco a poco se acrecienta y es mi primera experiencia de tienda de campaña bajo la lluvia, no porque nunca antes había llovido en mi vida, sino porque apenas esta era la tercera vez que montaba una tienda de campaña. Mientras oigo la lluvia y me asombro de que no entre ni gota dentro, repaso un poco el día y lo que más me viene a la cabeza era un mal recuerdo de un episodio ocurrido esta misma noche en el bus de Valencia-Irún, la Guardia Civil nos desvió a un área de servicio, subió y se llevó al chico que viajaba a mi lado. El guardia civil vino, se dirigió a él muy educado preguntando si era el sr… el chico asintió. Acompañeme por favor. Y sin resistencia ni palabra alguna, el muchacho se bajó del autobús, sacaron del maletero su bolsa de viaje y subió al coche patrulla. El autobús siguió su marcha hacia la autopista, una mujer del otro lado del pasillo que ya estaba en el bus cuando yo subí en Valencia me susurra… “un menor que se había fugado de casa…” Se me queda mal cuerpo, pensé en el sufrimiento de los padres y en el propio sufrimiento del chico para tener que fugarse de casa… Me quedé triste, de la misma manera que me quedo triste ahora cuando recapitulo.

Las fotos de la jornada:

Rodando por Francia 2ª etapa


17 de julio de 2011
Capbretón –  St. Julien en Born 63,94 km

13:45 Al final me decidí a salir después de estar lloviendo toda la noche y hasta casi las diez de la mañana. Salí a las 11. Recogí el campamento y saliendo de Capbretón volvió a llover acompañado además de un fuerte viento marinero. Me refugio en el alero de un mini centro comercial de la playa. Para y sigo rodando primero callejeando por urbanizaciones de veraneo (supongo) hasta encontrar la pista ciclable (exactamente un carril bici)  pasando por un lago a la salida de la ciudad.
El dicho lago es bastante grande, en la orilla paralela a la playa hay muchas construcciones de chalets, incluso pequeños embarcaderos, en la parte contraria que es por la que circulo, de vez en cuando hay tramos de paseo, tramos de dunas asilvestradas y lo quye es mejor (para mí) de vez en cuando algún chiringuito con bastante poca clientela. En uno de ellos, creo que era el último ya,  me tomo un cortado. Pregunto por la Vía Verde que quiero tomar y que me consta que pasa por allí. En el chiringuito no tienen ni idea y a algunas personas que van en bici también les pregunto, pero se quedan asombrados, no tienen ni idea.

Al final siguiendo por el mismo carril bici paralelo siempre a la carretera  la encuentro, justo lo mismo que le debió pasar al del track que estoy siguiendo, porque ahora si voy sobre la línea de puntos. La vía es preciosa y muy cómoda a pesar del mal tiempo y el viento que arrecia.
Llovizna ahora un poco, luego jarrea durante unos minutos y a pesar de eso la rodada es rápida y cómoda. Pasando por Vieux Bocuau paro a la entrada de un camping, hay un bar y tienda. Como un plato combinado de dimensiones extra, cerveza y cortado (total14,40 euros) En el momentito del cortado escribo en el editor de notas del móvil estas notas.

El tiempo sigue desapacible, llovizna a ratos y el viento sopla con rachas algo fuertes. Por la vía verde y después por carreteras bastante tranquilas aunque sin arcén me propongo llegar hasta Mimizan y buscar un camping de los muchos que debe haber por allí.
Voy algo cansado por el viento y cuando aún me faltan unos 30 km me paro en una terracita de bar en Vielle St. Girons a tomar una Coca-Cola bien fresca.
Poco más adelante paso por un cementerio en  el que me encuentro una cosa curiosa: he visto higueras creciendo sobre muros y también  muchas clases de plantas viviendo en cornisas pero jamás vi un pino creciendo en lo alto de un contrafuerte esquinero de la capilla del cementerio poco antes de Lit et Mixte. En esta ciudad están en fiestas, tienen una iglesia grandiosa y había bastante ambiente turístico y un monumento a los soldados caídos en la liberación de Francia (bueno monumentos a héroes, mártires y soldados caídos abundan por todas partes).

Sigo, voy ya algo cansado. Pasando por St. Julien en Born pregunto a una policía municipal sobre camping en el pueblo, me indica que aqhí mismo, siguiendo la carretera hay uno, el camping municipal La Passarelle, no me resisto y entro, arrecia demasiado fuerte el viento, me quedo aquí. Montar la tienda con semejante vendaval es todo un poema, pero lo consigo. Ducha y colada que tiendo para que se seque con el viento en unos hilos atados del manillar de la bici. Pero mi gozo en un pozo, aún no ha anochecido y acaba de caer una tromba de agua imponente, ya no salgo de la tienda a recogerla, mañana ya se secará atada sobre los bártulos (ingenuo de mí que pensaba que esto de la lluvia iba a ser algo pasajero).
A ratos desaparece el viento y queda una paz y un sosiego encantadores, pero hace frío y tengo miedo a resfriarme, que hoy, sin  contar la ducha reparadora ya me he mojado varias veces. Mañana hacia Arcachón y si es posible hasta Burdeos, aunque bien podría empezar el Canal sin pasar por la gran ciudad, ya veremos, si eso mañana me lo pienso.