lunes, 26 de mayo de 2014

Vuelta a la Albufera de Valencia


Este sábado pasado tuve una nueva y grata experiencia cicloturista. Apenas 76 kilómetros en una mañana, entre campos inundados a la espera de la semilla del arroz, pinos y arena en la Dehesa de El Saler, alumerzo en El Palmar y sobre todo la sensación grata de estar en buena compañía.

Además aprendí a subir cuestas sin desfallecer, aprendí a ir más poco a poco cuando es necesario y recordé lejanos años de pedaleo solitario que creía olvidados.

Reconocí aquel vientecillo tan viejo como los años pasados, advertí de nuevo los olores que pensaba formaban parte del sueño literaturizado. Fué un ir y venir... tan sólo eso, un ir y venir, que quizás no sea tan difícil de entender... un ir... un venir... y ya estar en casa... de nuevo.

En alguna parte debo tener el texto en pdf que redacté de aquel día... prometo buscarlo.

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